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Esta es la verdadera historia de los círculos en los campos de cosechas

El fenómeno pictórico más famoso de finales del siglo XX fueron los llamados “círculos del maíz”, extraños dibujos que aparecían de repente en los campos de cereal de todo el mundo.

Los círculos del cereal saltaron a la fama en el verano de 1980, cuando se observó el primer círculo hecho por los dos jubilados.

Dos días después, un periodista del Wiltshire Times visitó el lugar y sugirió que eran demasiado perfectos para haber sido hechos por la lluvia o el viento, o por el vendaval que levantaron las aspas de los helicópteros, para hacer sus ejercicios en los llanos de Salisbury. Y apuntaba una posible explicación: podían tratarse de los ovnis. La mecha estaba encendida.

El interés de los medios de comunicación por este nuevo y estrafalario fenómeno hizo multiplicar la aparición de círculos por todos los campos de cereal de Gran Bretaña, sobre todo cerca de lugares considerados tradicionalmente mágicos: las construcciones megalíticas Stonhenge y Avebury o la cercana y misteriosa colina Silbury.

Poco a poco el fenómeno fue ganando en complejidad: los círculos dieron paso a diseños mucho más complicados, algunos de ellos sacados de la recién nacida ciencia del caos, como el fractal conjunto de Mandelbrot.

El 21 de agosto de 2006 los misteriosos círculos dieron una nueva vuelta de tuerca: junto al radiotelescopio de Chilbolton, en el condado inglés de Hampshire, aparecieron un elevado número de pequeños ‘pixels’ cuyo significado únicamente se pudo apreciar observándolos desde el cielo: una cara y el pictograma-mensaje que se envió el 16 de noviembre de 1974 desde el inmenso radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico.

El entonces director Frank Drake, uno de los pioneros de la búsqueda científica de posibles civilizaciones extraterrestres ( SETI), quiso celebrar la inauguración enviando un mensaje al cúmulo globular M13, situado a 25 000 años-luz de nosotros. ¿Fue la contestación de los ETs a nuestro mensaje? Eso es lo que creían algunos de los más imaginativos “cerearólogos” -autotitulados expertos en los círculos del cereal-.

Conspiraciones en los círculos de las cosechas

Por supuesto, la CIA no podía quedar fuera del asunto. Al igual que en el tema ovni, los conspiranoicos descubrieron que los servicios de inteligencia norteamericanos estaban detrás de una campaña de desinformación e intoxicación destinada a hundir a aquellos investigadores que luchan por arrojar un poco de luz sobre el misterio.

Así, parte de la leyenda dice que uno de los expertos más famosos y que puso nombre al fenómeno, un ingeniero llamado Colin Andrews, afirmó en una entrevista en 1999 que un hombre de la CIA -al menos así se presentó- quiso reclutarle.

Ellos le apoyarían en todas sus investigaciones y le mantendrían en la primera plana de los medios. Pero después de unos años debería ofrece una rueda de prensa y decir sólo una cosa: que todo era un fraude.

Por supuesto, se negó y desde entonces le estuvieron investigando. En esa entrevista afirmó que importantes cerearólogos, como el mencionado Meaden o Pat Delgado -cuyo libro sobre los círculos se convirtió en un best-seller-, habían sido “sacados de la escena” y hundida su reputación.

Lejos de semejantes paranoias, Andrews propuso hace dos años que los círculos fueron por fluctuaciones del campo magnético terrestre. 

El cereal es “electrocutado” y, en consecuencia, se aplasta para ir formando un círculo. Partidario del origen ET del fenómeno, en una conferencia pronunciada en el Madison Square Garden defendió una idea muy del gusto del misticismo actual de Gaia: tras varios años de investigaciones financiadas por la Fundación Rockefeller, se había llegado a la conclusión de que se trataba de una interacción entre la conciencia humana y el medio ambiente; los círculos, al igual que los cambios que vemos en el clima, son parte del signo de nuestros tiempos.