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Huamango, tierra sagrada Otomí | Acambay Histórico

Entre las cerca de 200 zonas arqueológicas de México, la de Huamango se encuentra entre las más interesantes y menos conocidas; su pasado está lleno de varios enigmas que aún los arqueólogos no han logrado descifrar completamente. 

Aunque ahora es un sitio turístico, protegido la Secretaria de Cultura Nacional a través del INAH y también de la Secretaria de Cultura y Turismo del Edomex, a través de la Secretaria de Patrimonio y Servicios Culturales, Huamango es un sitio que esconde muchas historia y tradición en cada una de las rocas que formaron el Centro Ceremonial. Es tierra sagrada por decirlo de alguna manera.
La formación de Acambay no se concibe sin Huamango, que tiene dos significados su nombre: “Lugar de vigas” o de “Madera sin labrar”, de acuerdo con su traducción del Nahuatl, se ubica a casi 3 mil metros sobre el nivel del mar, cuenta con 6 hectáreas de terreno fértil y desde ese lugar puedes ver todo el valle.

Origen de Huamango

De acuerdo con los antropólogos el origen de Huamango data del periodo Posclásico Temprano, por ahí de los años 900 a 1100 después de cristo, siendo éste el primer asentamiento humano de dos que se tienen registro, y el segundo que va del 1200 al 1300 de nuestra era.
En el primer asentamiento que duro apenas 200 años, se puede reconocer la influencia Tolteca en nuestra región por la utilización de incensarios, braseros y ollas que sirvieron de ofrenda a entierros; durante la segunda ocupación en Huamango, presenta evidencias que la correlacionan con las zonas de Teotenango y Calixtlahuaca.

¿Qué vieron en Huamango que no tuviera otra zona de la región?

Esta creo es una pregunta muy común, creo, por qué coño escogieron los toltecas, quienes se presume fueron los fundadores de este Centro Ceremonial, esta planicie; destacan algunas teorías: principalmente por su ubicación, que responde no sólo a necesidades defensivas sino al control del sistema de intercambio de productos procedentes del norte de la región en estados como Hidalgo, Michoacán y Querétaro, así como del sur como el valle de Ixtlahuaca-Atlacomulco y valle de Toluca.
Durante la época de auge de Huamango, Tula, ejercía una influencia enorme en el Altiplano Central en aspectos determinantes como la religión, la política y la economía, es por ello que, al ser este terreno alto y una conexión importante en el comercio, decidieron asentarse aquí.
Existen leyendas asociadas a este sitio, sin embargo, una de las más populares que rondan la zona es “la leyenda los apaches” (este fue el nombre que se les dio a los habitantes del sitio) se cuenta que los Otomíes repentinamente abandonaron el pueblo cercano que habitaban.
Se cuenta que un día, un terremoto sacudió el lugar y ellos lo asociaron con un presagio apocalíptico, por lo que migraron a Dongú, que es la comunidad más antigua del municipio.
Posteriormente se desplazaron a lo que actualmente se conoce como el centro de Acambay, se dice que, cada año regresaban a honrar con sus danzas al Sol y a la Luna, lo que hoy se conoce como el 5to sol.

¿Quiénes los descubrieron?

La exploración de este sitio fue realizada del mes de noviembre de 1976 al mes de junio de 1977, es decir, durante 7 meses los investigadores Román Piña Chan, William Folan y la doctora Linda F. Floran.
Del Dr. Piña Chan podemos decir que nació en Campeche, se trasladó a la ciudad de México para estudiar en el IPN y después estudiar en la ENAH y se Profesor del INAH, tiene 15 libros publicados. Lo que si le tengo que reprochar a este señor es que NUNCA escribió sobre Huamango. Sin embargo, sacó un libro titulado «Teotenango. El antiguo lugar de las murallas».
De William Folan, también profesor egresado de la Universidad Autónoma de Campeche y de la ENAH, tiene el gran logro de haber descubierto un centro de la civilización Maya, mejor conocido como Calakmul, declarado después como patrimonio Cultural de la humanidad.
Y de la Dr. Linda F. Floran, no pude encontrar nada sobre ella, pero supongo que ha de haber sabido cosas, ¿no?
Pero por que vinieron aquí, ¿quién los llamo?, ¿quién les dio el pitazo? La respuesta está en uno de los más prolíficos artistas de nuestro municipio, hablo de Jorge Soria. No es cierto, la realidad es que fue producto del Maestro Toño (Antonio) Ruiz Pérez.

Ahora hablemos sobre las construcciones que se encuentran sobre este sitio:

Para la construcción del asentamiento fue necesario realizar importantes obras en un terreno irregular. La solución consistió en la nivelación mediante amplias terrazas sobre las que se erigieron diversos edificios destinados a actividades de tipo ceremonial. Su emplazamiento requirió de numerosos muros de retranque que por sus dimensiones funcionaron como murallas defensivas. En algunas partes llegaron a tener hasta 2 m de altura.

El Palacio, para fines religiosos

Este es un templo-habitación, hay un corredor que separa dos pilares que permiten el acceso al mismo.
Dentro de “El Palacio”, se encontraron tlecuiles, los cuales son braseros que se utilizan para colocar ollas, vasijas o comales con el fin de la cocción de alimentos.
Se sabe que este sitio se ocupaba con fines religiosos, ya que existe evidencia del uso de sahumerios.
Desde la cima del sitio, es posible apreciar el hermoso panorama del valle de Acambay -pueblo y municipio del mismo nombre situados a unos 4 kilómetros de la zona arqueológica- se pueden hacer excelentes fotografías del paisaje.

Templo del Guerrero, el misterio

Otro sitio que destaca es el “Templo del Guerrero”, se le conoce de esta manera ya que, dadas las características del sitio, como los son su forma y altura, quienes investigan la Zona Arqueológica de Huamango, llegan a esa conclusión.
Además de que las vasijas encontradas en el interior de este basamento de templo, y una lápida que se asemeja a un guerrero, aún hay mucho de qué hablar, esperemos que pronto los arqueólogos descubran más sobre su misterio.

Evidencia de la época colonial

También encontrarás algunas de las evidencias que dejó aquí la época colonial, a unos pasos de la zona arqueológica hay una pequeña capilla.
Su nombre es Quahmanco y fue edificada a mediados de 1600 por órdenes franciscanas. El patrono de la capilla es San Miguel y los habitantes de los alrededores suelen llevar flores y veladoras a su altar. Cada 3 de mayo se celebra el Día de la Santa Cruz en el templo, así como en los pueblos cercanos al sitio.

elacambayense

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