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Pirotecnia aculquense se hace presente en los festejos de San Juan de los Lagos

Como parte de los festejos de celebración en San Juan de los Lagos, Jalisco, habitantes de Aculco, Estado de México, hicieron castillos para quemarse en esta zona.

De acuerdo con las imágenes que se han compartido en redes sociales, se puede observar algunas de las estructuras pirotécnicas a un costado de la iglesia a la que acuden miles y miles de peregrinos año con año.

Según las publicaciones de algunos de los peregrinos del municipio de Aculco, al norte del Estado de México, los castillos forman parte de las promesas y agradeciendo a la virgen por parte de algunas familias de la zona Norte.

En las publicaciones referentes a la quema de la pirotecnia se puede leer: «VIVENCIAS Y ANÉCDOTAS PREPARATIVOS MAESTROS ARTESANOS PIROTÉCNICOS DE ACULCO Y TULTEPEC ESTADO DE Mexico, OFRENDA EN PIROTECNIA A LA VIRGEN DE SAN JUAN DE LOS LAGOS ESTADO DE JALISCO».

SOBRE LA VIRGEN DE SAN JUAN DE LOS LAGOS

En el mes de enero, las caminatas a San Juan de los Lagos se convierten en un asunto importante en diferentes aspectos, miles de feligreses emprenden un viaje ‘a pie’ desde su lugar de origen hasta el estado de Jalisco, bajo la fe y con la intención de visitar, pedir, o agradecer a la conocida Virgen de San Juan de los Lagos, pero ¿por qué es tan famosa esta Virgen?

Se cuenta que en el siglo XVI, alrededor del año 1542, un sacerdote español, Fray Miguel de Bolonia, tuvo como mandato la evangelización de los naturales de la zona de lo que hoy en día es el estado de Jalisco, así que donó la imagen de la Inmaculada Concepción a la capilla del poblado de San Juan. Sin embargo, en ese momento la imagen no fue recibida con mucho aprecio, por lo que fue descuidada y olvidada.

Esta situación cambio hace exactamente 400 años, en 1623, cuando una familia de cirqueros llegó de paso a las tierras en las que hoy se encuentra San Juan de los Lagos, y además de descansar en el lugar decidieron presentar sus acrobacias a los pobladores, en una de ellas participó una niña, que en los trapecios intentó librar unas espadas, pero no lo logró, la niña cayó y perdió la vida.

Llevaron el cuerpo de la niña al templo para velarla, y ahí, una indígena llamada Ana Lucía, impuso sobre ella la imagen de la virgen. Luego de esto la niña abrió los ojos, volvió el color de sus mejillas y abrazó la imagen de la Virgen de San Juan.

Desde ese momento esta advocación de la virgen se le conoció como patrona de los milagros y migrantes y cada año se le visita por miles de personas en su santuario, localizado en San Juan de los Lagos, en el estado de Jalisco.